lunes, noviembre 05, 2012

Van por todo




El oficialismo imprime ritmo vertiginoso

al trámite parlamentario



El oficialismo parece dispuesto a ir por todo en el último tramo del año y aprobar lo que necesita antes de que concluya el periodo ordinario de sesiones.

Este año logró imponer su mayoría para aprobar leyes claves en tiempo record y utilizar ese número sin reparar en las cuestiones de rigurosidad parlamentaria.

Tras la sanción express del voto joven, en medio de un escándalo, en las últimas horas fue por el dictamen del per saltum, en medio de otro escándalo.

El discurso del líder de La Cámpora, Andrés “cuervo” Larroque” generó el repudio de todos los bloques y fue cuestionado incluso en el propio oficialismo, que lamentó que con la ofensiva lanzada por el joven diputado al kirchnerismo se le ‘piantaron’ más de una veintena de votos para sancionar el proyecto del voto joven.

Es que, más allá de las diferencias ideológicas, el proyecto del kirchnerismo había logrado dividir a varios bloques opositores pero a poco de la votación, el discurso de Larroque provocó la ira de los opositores que se retiraron del recinto, en medio de acusaciones cruzadas y gritos.

El escándalo, de esta manera, acabo con la estrategia oficialista y los privó de sumar votos opositores a su proyecto y capitalizar la división de los diputados anti K.

Sin embargo, perdió la oportunidad pero no se amilanó y decidió ir por más.

En la mañana del día siguiente, la comisión de Asuntos Constitucionales que preside Diana Conti, avanzó sin perder tiempo con el dictamen para la reglamentación del “per saltum”, luego que el Senado lo aprobara horas antes en el recinto.

La iniciativa reavivó el enfrentamiento y la polémica, y profundizó de esa manera la tensión entre el kirchnerismo y la oposición, que salió a acusar al oficialismo de “falta de respeto” y de sancionar sólo las leyes que impulsa el Poder Ejecutivo en tiempo express. También expresaron disgusto por el intempestivo cambio de agenda y trocar en minutos de un proyecto para modificar la ley de datos personales por la aplicación del per saltum.

La reunión se inició con quórum dudoso, pero el kirchnerismo de todas maneras despachó su proyecto antes de iniciar el debate, lo que agudizó el enojo de los opositores.

Dentro del oficialismo no todo transcurrió sin tropiezos; el oficialista Jorge Yoma volvió a diferenciarse de su bloque y firmó un dictamen alternativo al proyecto para establecer el per saltum.

Ya había votado en contra de la ley de ART y se opuso al traspaso de fondos del Banco Ciudad al Nación. Así quedó a un paso de romper con la bancada oficialista y son muchos los que especulan con el inminente portazo del riojano y su paso a la oposición.

Yoma rechazó el dictamen del oficialismo para reglamentar el “per saltum” y firmó un despacho alternativo para que el Estado “no tenga tanto poder frente a un particular”.

Según el riojano, la intención de los K “es crear una institución para una causa determinada” y eso “le quita legitimidad al debate. Se tiene que legislar para todos” y recordó que fue el primer legislador en presentar un proyecto para reglamentar el “per saltum”, a fines de “limitar” a la Corte Suprema por el “fallo bochornoso” que había tenido sobre la privatización de Aerolíneas Argentinas en los noventa.

Mercado de capitales

Si bien esta semana no habrá sesión porque muchos legisladores viajarán a los Estados Unidos como veedores de las elecciones en EEUU, el oficialismo ya citó a un plenario de comisiones para avanzar en el proyecto de reforma del mercado de capitales, que entre otras cuestiones prevé mayor fiscalización por parte de la Comisión Nacional de Valores (CNV).

Con la presencia el titular de la CNV, Alejandro Vanoli, y el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino, las comisiones de Presupuesto y Hacienda, a cargo de los oficialistas Roberto Feletti, y de Finanzas, presidida por Carlos Heller.

Además, fue invitado a participar el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, aunque fuentes parlamentarias indicaron que aún no está confirmada su asistencia.

El proyecto, anunciado el mes pasado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, busca poner fin a la exclusividad de los agentes de Bolsa para operar en el mercado.

La iniciativa, que desplazará la Ley de Oferta Pública que aprobó la dictadura de Juan Carlos Onganía en 1968, ingresó a la Cámara de Diputados el pasado viernes 26 de octubre.





Una sesión deslucida por la exagerada verborragia



Las desafortunadas expresiones de Andrés “Cuervo” Larroque,  diputado nacional y representante de La Cámpora fueron la cabal expresión de la inexperiencia política y los riesgos que ello acarrea: casi cae la votación de un proyecto de ley caro al sentimiento de muchos.

Todo el sutil trabajo de los diseñadores de la norma legislativa, de convencimiento en las huestes opositoras y todas y cada una de las horas de debate con el objetivo de incorporar a más de 1 millón y medio de electores menores de 18 años quedaron al borde del fracaso.

La oposición, incluyendo a aquellos que estaban de acuerdo con la medida parlamentaria se retiró del recinto y dejó al oficialismo y a algunos adherentes solos. Al producirse la votación obtuvieron la sanción definitiva por diferencia mínima. (2 votos)

El joven dirigente de La Cámpora había dicho en su discurso: “Permítanme decir al bloque radical que no se meta en esos temas, porque no pueden gestionar ni una calesita…Escuchamos a un diputado socialista decir que no quiere más jóvenes muertos. Bueno, hasta hace unos días tenían a cargo de la policía al jefe de una banda de narcotraficantes… He leído sobre socialismo utópico, he leído sobre socialismo científico, he leído sobre el socialismo real, pero nunca escuché en la historia ni en ninguna parte del mundo hablar de narcosocialismo. Es una pena”

Cuando luego de un considerable revuelo, gran cantidad de diputados de la oposición comenzaron a dejar sus bancas, el presidente Domínguez pedía silencio a las barras y que los diputados ocuparan sus bancas. Al observar que los números para la votación no acompañaban, informó que haría uso de su derecho a votar; colaboradores del bloque FpV salieron a buscar a los que se habían retirado para cenar.

Agustín Rossi, presidente de los oficialistas, buscando ganar algo de tiempo, reflotó su discurso sobre que “hay que quedarse en las bancas”.

Lo sucedió en el uso de la palabra, Felipe Solá quien expresó: “soy testigo de que la falta de respeto más grande la cometió el señor diputado Larroque. Llamar “narcos” al grupo de diputados socialistas no es justo. Es una palabra excesivamente fuerte para cualquiera y sale de lo común en política. Yo no la usaría nunca contra un adversario político a menos que tuviera todas las pruebas necesarias; de lo contrario, jamás la usaría… Todos fuimos testigos del momento en que el debate se fue para otro lado; esto sucedió cuando habló el señor diputado Larroque. No hubiera querido tener que criticarlo, porque en muchos aspectos coincido con él; pero no comparto el hecho de provocar al otro cuando se necesitan los votos, cuando ha dicho que va a votar en general la ley… Esta no es una tribuna universitaria, es el Congreso de la Nación…Lo que sucedió acá es un acto irresponsable. Si el señor diputado Rossi pretende encubrirlo con un manto de comprensión y decir que siempre hay que responder a las agresiones, yo le digo que es estúpido hacerlo cuando se está al borde del quórum y el grueso de los diputados presentes iba a votar a favor de la norma…Reitero: ha sido una falta absoluta de respeto hacia la Cámara, que provocó el retiro de los señores diputados. Era muy difícil que no lo hicieran después de lo que aquí se oyó.

Luego, Solá dejó su banca.

Ya en el salón de Pasos Perdidos los calificativos fueron subieron la escala:

Ricardo Gil Lavedra, presidente de los radicales expresó “Nos vamos en repudio por lo que dijo este cachivache. Un pelotudo”; Federico Pinedo no ahorró calificativos. “Fue un discurso de un chiquito autoritario y mamarracho”. Ricardo Alfonsín: “Fue una actitud fascista”. Margarita Stolbizer: “son unos sinvergüenza”. Gerardo Milman: “se financiaron (el Gobierno) con la plata de narcotráfico y quiere enlodar a los demás”.

Horas después, Stolbizer sostuvo que "hubo tres cuestiones que me enojaron, primero la cosa institucional, el atropello, usar el Congreso como una tribuna, lo otro es la descalificación, esta gente está buscando instalar el relato único sobre la base se silenciar al resto, quieren instalar una sola verdad de la historia, y no pueden acusar al socialismo de vinculaciones con el narcotráfico".

Por su parte, Victoria Donda expresó que Larroque “empezó insultando a los radicales, a un radicalismo que la mitad por lo menos iba a votar con el oficialismo. Y por supuesto que cuando nos trató de narcotraficantes, era intolerable para nosotros del Frente Amplio Progresista quedarnos en el recinto".

Un lamentable final, un debate que debió ser una parte importante de nuestra historia quedó convertido en infernal batahola por la actitud desmedida de un diputado que no fue controlada por las autoridades del bloque ni de la presidencia de la Cámara que solo estaban pendientes de controlar la presencia de 129 legisladores a la hora de votar.

Según el tablero electrónico, sobre 134 diputados presentes, 131 votaron por la afirmativa y 2 por la negativa, registrándose además una abstención. (se incluyó el voto del presidente, tal como había sido solicitado).



Sin expresión y con poca libertad



U

n atractivo temario tenía para su reunión pasada la comsión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados.

La mayoría oficialista, al igual que en todas las comisiones, se encargó de encaminar algunos proyectos y frenó otros que eran reclamados por la oposición. El ambiente de trabajo se tornó en un receptáculo de fuertes polémicas. Una de las recriminaciones efectuadas a la presidente de la comisión, la kirchnerista Mónica Gutiérrez, fue sobre los escasos llamados a reunión –solo dos convocatorias en lo que va del año-.

Con vagas argumentaciones sobre el no tratamiento de proyectos en agenda, quedaron fuera, entre otros, el que da carácter obligatorio a las conferencias de prensa de los ministros; el cese del hostigamiento a la prensa; posible censura en C5N y repudio a las declaraciones de Amado Boudou en las que acusó de destituyentes a La Nación y Clarín.

Tanto fue así que, ni los periodistas parlamentarios que asistieron a cubrir la información, pudieron hablar con la presidenta de la comisión de Libertad de Expresión. Toda una imagen.

Van por todo




El oficialismo imprime ritmo vertiginoso
al trámite parlamentario

El oficialismo parece dispuesto a ir por todo en el último tramo del año y aprobar lo que necesita antes de que concluya el periodo ordinario de sesiones.
Este año logró imponer su mayoría para aprobar leyes claves en tiempo record y utilizar ese número sin reparar en las cuestiones de rigurosidad parlamentaria.
Tras la sanción express del voto joven, en medio de un escándalo, en las últimas horas fue por el dictamen del per saltum, en medio de otro escándalo.
El discurso del líder de La Cámpora, Andrés “cuervo” Larroque” generó el repudio de todos los bloques y fue cuestionado incluso en el propio oficialismo, que lamentó que con la ofensiva lanzada por el joven diputado al kirchnerismo se le ‘piantaron’ más de una veintena de votos para sancionar el proyecto del voto joven.
Es que, más allá de las diferencias ideológicas, el proyecto del kirchnerismo había logrado dividir a varios bloques opositores pero a poco de la votación, el discurso de Larroque provocó la ira de los opositores que se retiraron del recinto, en medio de acusaciones cruzadas y gritos.
El escándalo, de esta manera, acabo con la estrategia oficialista y los privó de sumar votos opositores a su proyecto y capitalizar la división de los diputados anti K.
Sin embargo, perdió la oportunidad pero no se amilanó y decidió ir por más.
En la mañana del día siguiente, la comisión de Asuntos Constitucionales que preside Diana Conti, avanzó sin perder tiempo con el dictamen para la reglamentación del “per saltum”, luego que el Senado lo aprobara horas antes en el recinto.
La iniciativa reavivó el enfrentamiento y la polémica, y profundizó de esa manera la tensión entre el kirchnerismo y la oposición, que salió a acusar al oficialismo de “falta de respeto” y de sancionar sólo las leyes que impulsa el Poder Ejecutivo en tiempo express. También expresaron disgusto por el intempestivo cambio de agenda y trocar en minutos de un proyecto para modificar la ley de datos personales por la aplicación del per saltum.
La reunión se inició con quórum dudoso, pero el kirchnerismo de todas maneras despachó su proyecto antes de iniciar el debate, lo que agudizó el enojo de los opositores.
Dentro del oficialismo no todo transcurrió sin tropiezos; el oficialista Jorge Yoma volvió a diferenciarse de su bloque y firmó un dictamen alternativo al proyecto para establecer el per saltum.
Ya había votado en contra de la ley de ART y se opuso al traspaso de fondos del Banco Ciudad al Nación. Así quedó a un paso de romper con la bancada oficialista y son muchos los que especulan con el inminente portazo del riojano y su paso a la oposición.
Yoma rechazó el dictamen del oficialismo para reglamentar el “per saltum” y firmó un despacho alternativo para que el Estado “no tenga tanto poder frente a un particular”.
Según el riojano, la intención de los K “es crear una institución para una causa determinada” y eso “le quita legitimidad al debate. Se tiene que legislar para todos” y recordó que fue el primer legislador en presentar un proyecto para reglamentar el “per saltum”, a fines de “limitar” a la Corte Suprema por el “fallo bochornoso” que había tenido sobre la privatización de Aerolíneas Argentinas en los noventa.

Mercado de capitales
Si bien esta semana no habrá sesión porque muchos legisladores viajarán a los Estados Unidos como veedores de las elecciones en EEUU, el oficialismo ya citó a un plenario de comisiones para avanzar en el proyecto de reforma del mercado de capitales, que entre otras cuestiones prevé mayor fiscalización por parte de la Comisión Nacional de Valores (CNV).
Con la presencia el titular de la CNV, Alejandro Vanoli, y el secretario de Finanzas, Adrián Cosentino, las comisiones de Presupuesto y Hacienda, a cargo de los oficialistas Roberto Feletti, y de Finanzas, presidida por Carlos Heller.
Además, fue invitado a participar el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, aunque fuentes parlamentarias indicaron que aún no está confirmada su asistencia.
El proyecto, anunciado el mes pasado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, busca poner fin a la exclusividad de los agentes de Bolsa para operar en el mercado.
La iniciativa, que desplazará la Ley de Oferta Pública que aprobó la dictadura de Juan Carlos Onganía en 1968, ingresó a la Cámara de Diputados el pasado viernes 26 de octubre.


Una sesión deslucida por la exagerada verborragia

Las desafortunadas expresiones de Andrés “Cuervo” Larroque, (foto) diputado nacional y representante de La Cámpora fueron la cabal expresión de la inexperiencia política y los riesgos que ello acarrea: casi cae la votación de un proyecto de ley caro al sentimiento de muchos.

Todo el sutil trabajo de los diseñadores de la norma legislativa, de convencimiento en las huestes opositoras y todas y cada una de las horas de debate con el objetivo de incorporar a más de 1 millón y medio de electores menores de 18 años quedaron al borde del fracaso.

La oposición, incluyendo a aquellos que estaban de acuerdo con la medida parlamentaria se retiró del recinto y dejó al oficialismo y a algunos adherentes solos. Al producirse la votación obtuvieron la sanción definitiva por diferencia mínima. (2 votos)

El joven dirigente de La Cámpora había dicho en su discurso: “Permítanme decir al bloque radical que no se meta en esos temas, porque no pueden gestionar ni una calesita…Escuchamos a un diputado socialista decir que no quiere más jóvenes muertos. Bueno, hasta hace unos días tenían a cargo de la policía al jefe de una banda de narcotraficantes… He leído sobre socialismo utópico, he leído sobre socialismo científico, he leído sobre el socialismo real, pero nunca escuché en la historia ni en ninguna parte del mundo hablar de narcosocialismo. Es una pena”

Cuando luego de un considerable revuelo, gran cantidad de diputados de la oposición comenzaron a dejar sus bancas, el presidente Domínguez pedía silencio a las barras y que los diputados ocuparan sus bancas. Al observar que los números para la votación no acompañaban, informó que haría uso de su derecho a votar; colaboradores del bloque FpV salieron a buscar a los que se habían retirado para cenar.

Agustín Rossi, presidente de los oficialistas, buscando ganar algo de tiempo, reflotó su discurso sobre que “hay que quedarse en las bancas”.

Lo sucedió en el uso de la palabra, Felipe Solá quien expresó: “soy testigo de que la falta de respeto más grande la cometió el señor diputado Larroque. Llamar “narcos” al grupo de diputados socialistas no es justo. Es una palabra excesivamente fuerte para cualquiera y sale de lo común en política. Yo no la usaría nunca contra un adversario político a menos que tuviera todas las pruebas necesarias; de lo contrario, jamás la usaría… Todos fuimos testigos del momento en que el debate se fue para otro lado; esto sucedió cuando habló el señor diputado Larroque. No hubiera querido tener que criticarlo, porque en muchos aspectos coincido con él; pero no comparto el hecho de provocar al otro cuando se necesitan los votos, cuando ha dicho que va a votar en general la ley… Esta no es una tribuna universitaria, es el Congreso de la Nación…Lo que sucedió acá es un acto irresponsable. Si el señor diputado Rossi pretende encubrirlo con un manto de comprensión y decir que siempre hay que responder a las agresiones, yo le digo que es estúpido hacerlo cuando se está al borde del quórum y el grueso de los diputados presentes iba a votar a favor de la norma…Reitero: ha sido una falta absoluta de respeto hacia la Cámara, que provocó el retiro de los señores diputados. Era muy difícil que no lo hicieran después de lo que aquí se oyó.

Luego, Solá dejó su banca.

Ya en el salón de Pasos Perdidos los calificativos fueron subieron la escala:

Ricardo Gil Lavedra, presidente de los radicales expresó “Nos vamos en repudio por lo que dijo este cachivache. Un pelotudo”; Federico Pinedo no ahorró calificativos. “Fue un discurso de un chiquito autoritario y mamarracho”. Ricardo Alfonsín: “Fue una actitud fascista”. Margarita Stolbizer: “son unos sinvergüenza”. Gerardo Milman: “se financiaron (el Gobierno) con la plata de narcotráfico y quiere enlodar a los demás”.

Horas después, Stolbizer sostuvo que "hubo tres cuestiones que me enojaron, primero la cosa institucional, el atropello, usar el Congreso como una tribuna, lo otro es la descalificación, esta gente está buscando instalar el relato único sobre la base se silenciar al resto, quieren instalar una sola verdad de la historia, y no pueden acusar al socialismo de vinculaciones con el narcotráfico".

Por su parte, Victoria Donda expresó que Larroque “empezó insultando a los radicales, a un radicalismo que la mitad por lo menos iba a votar con el oficialismo. Y por supuesto que cuando nos trató de narcotraficantes, era intolerable para nosotros del Frente Amplio Progresista quedarnos en el recinto".

Un lamentable final, un debate que debió ser una parte importante de nuestra historia quedó convertido en infernal batahola por la actitud desmedida de un diputado que no fue controlada por las autoridades del bloque ni de la presidencia de la Cámara que solo estaban pendientes de controlar la presencia de 129 legisladores a la hora de votar.

Según el tablero electrónico, sobre 134 diputados presentes, 131 votaron por la afirmativa y 2 por la negativa, registrándose además una abstención. (se incluyó el voto del presidente, tal como había sido solicitado).



Sin expresión y con poca libertad



U

n atractivo temario tenía para su reunión pasada la comsión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados.

La mayoría oficialista, al igual que en todas las comisiones, se encargó de encaminar algunos proyectos y frenó otros que eran reclamados por la oposición. El ambiente de trabajo se tornó en un receptáculo de fuertes polémicas. Una de las recriminaciones efectuadas a la presidente de la comisión, la kirchnerista Mónica Gutiérrez, fue sobre los escasos llamados a reunión –solo dos convocatorias en lo que va del año-.

Con vagas argumentaciones sobre el no tratamiento de proyectos en agenda, quedaron fuera, entre otros, el que da carácter obligatorio a las conferencias de prensa de los ministros; el cese del hostigamiento a la prensa; posible censura en C5N y repudio a las declaraciones de Amado Boudou en las que acusó de destituyentes a La Nación y Clarín.

Tanto fue así que, ni los periodistas parlamentarios que asistieron a cubrir la información, pudieron hablar con la presidenta de la comisión de Libertad de Expresión. Toda una imagen.